domingo, 6 de diciembre de 2015

Ideas para anunciar la llegada de un bebé

Un nuevo integrante va a llegar a la familia? Que hermosa noticia tienes para compartir con los que amas... pero tal vez no sabes de que manera dar las buenas nuevas, aquí te dejamos algunas ideas de cómo comunicar ésta hermosa noticia.

1. No te recomiendo que le digas a tu pareja y a tu familia el mismo día que estás esperando un bebé,así que por adelantado dale el regalo de navidad, puede ser una idea excelente dejarle bajo el arbolito una cajita con una pequeña ropita de bebé, y una nota diciéndole que la próxima navidad la usará su hijito.

2.La mejor forma de informarle a tu familia es en medio de la celebración navideña, puedes reunirlos y poner en la pantalla de la TV la foto de la primera ecografía del bebé y anunciar que pronto tendrán la llegada de otro integrante para reunirse en las festividades con toda la familia.

3. A quién no les gustan las postales navideñas? Pues cuando las entregues agrega todos los nombres de la familia y agregar "bebé".

4. En algunas familias es costumbre poner bajo el árbol de Navidad calcetines con el nombre de cada uno para meter en ellos los regalos. No estaría más añadir un calcetín más con el nombre del bebé que va a llegar.

5. Si ya tienes un hijo, es mejor que le comuniques la noticia a solas. A la hora de comprar los regalos dile que vais a necesitar uno más. Pueden elegir juntos un regalo de Navidad y guardarlo con ilusión hasta que nazca el bebé.

6. También puedes optar por dejar que sean las circunstancias las que comuniquen tu embarazo a los demás. Cuando tu familia vea que no pruebas el champán a la hora del brindis de seguro que empiezan a sospechar el motivo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Bebés de charla!!

Aquí les dejamos un tierno vídeo, una conversación cerrada entre éstos bebitos!
Dime si no son tiernos?
Espero que les guste tanto como a mi!


Para mirar el video dale PLAY



Jugando con el perro!

No hay cosa más linda que ver como nuestros hijos se divierten con las mascotas!
Mira ése video, te darán ganas de ir a jugar a tu también!!


Para mirar el video dale PLAY


jueves, 26 de noviembre de 2015

Ésto si que es saber compartir!!

Jajaja!!!
Ésto si que es saber compartir.
Mira éstos bebés como juegan a ver quien se queda con el premio!


Mira el video a continuación, dale PLAY.



Bebitos para morirse de la risa

Aquí les dejamos un vídeo de bebés tiernos, la verdad que son hermosos. Mírenlo ustedes y díganos si no tenemos razón?
Espero que les guste!!


PARA MIRAR EL VIDEO DALE PLAY.


Para morirse de la risa!!!

Siempre es bueno compartir momento de disfute con nuestros hijos, aquí les dejamos un video de tiernos bebés haciendo cosas chistosas.


PARA VER EL VIDEO DALE PLAY


lunes, 23 de noviembre de 2015

Parto de "nalgas"

Alrededor de los ocho meses, no hay mucho lugar en el útero, y la mayoría de los bebés se colocan cabeza abajo (posición que se denomina "presentación cefálica o de vértice") Sin embargo en algunos casos no adoptan esta posición y quedan "sentados".
Existen varias posturas de nalgas: nalgas francas (tiene las nalgas abajo, las piernas dobladas y los pies cerca de la cabeza), nalgas completas (tiene las nalgas abajo y las piernas cruzadas estilo indio) o posición podálica (uno o ambos pies abajo, listos para salir primero). 
Al comenzar el tercer trimestre el médico ya puede saber en que posición se presenta tu bebé. La gran mayoría están de nalgas a ésta altura, ya que en los últimos dos meses ellos mismos se girán.
En caso que no puedan por tacto abdominal determinar la posición del bebé, lo pueden hacer por tacto vaginal o por ecografía.

¿Qué pasa si mi bebé sigue de nalgas cuando se acerca el momento del parto?
Es improbable que un bebé que se encuentra de nalgas al término del embarazo, se gire por si mismo. Si tu bebé aún se encuentra con las nalgas para abajo en la semana 37, tu médico te puede recomendar (si eres candidata) un procedimiento que se denomina versión cefálica externa (VCE) para intentar voltear al bebé y darte la oportunidad de tener un parto vaginal. Esto se realiza presionando tu abdomen y manipulando al bebé para ubicarlo cabeza abajo.

Si tu médico no es experto en este procedimiento, te podría recomendar con uno que si lo sea. La VCE funciona en aproximadamente el 58 por ciento de los casos, y 90 por ciento si el bebé estaba transversal. Pero a veces el bebé se niega a moverse. Y algunos bebés vuelven a la posición de nalgas después de una VCE exitosa. Las VCE tienen más posibilidades de éxito cuando no es tu primer bebé. 
Sin embargo, no todas las mujeres pueden hacerse una VCE. Si existen factores que complican el embarazo, como por ejemplo pérdidas de sangre, mellizos o muy poco líquido amniótico, no se te podrá aplicar este procedimiento. Y, por supuesto, tampoco se te hará una VCE si no vas a tener un parto vaginal, por ejemplo, si tienes placenta previa, trillizos o más de una cesárea anterior. 
Si el bebé no gira y llegas al hospital cuando estás a punto de dar a luz, puede ser que tengas un parto vaginal con el bebé de nalgas. O si tienes un embarazo gemelar y el primer bebé está cabeza abajo y el segundo, no, igual puedes tener este segundo bebé por parto vaginal. Sin embargo, la mayoría de los bebés que se encuentran de nalgas nacen por cesárea. 
Si te programan una cesárea, no debería ser antes de la semana 39. Antes de realizarla, se te hará una ecografía en el hospital para confirmar que el bebé sigue de nalgas. También existe la posibilidad de que te pongas de parto o rompas aguas (rompas la fuente o bolsa) antes de la cesárea programada. Si esto ocurre, llama inmediatamente al médico y ve al hospital. 

¿Puedo intentar girar a un bebé de nalgas por mis propios medios?
Métodos alternativos, recuerda siempre habla con tu médico tratante antes.
Colócate en una posición que le permita al bebé girarse. Practica una de las siguientes posiciones dos veces al día durante unas semanas, a partir aproximadamente de la semana 32. La idea es utilizar la fuerza de la gravedad para hacer que el bebé rote y se ponga cabeza abajo. Asegúrate de practicar esto con el estómago vacío, a fin de evitar vómitos. Y cuida de que haya alguien cerca que te ayude a incorporarte en caso de que te sientas mareada.
Recuéstate de lleno sobre la espalda y eleva la pelvis hasta que quede entre 9 y 12 pulgadas por encima de la cabeza. Apoya las caderas sobre una almohada, y mantén esta posición entre 5 y 15 minutos. Otra posibilidad es que te arrodilles con los antebrazos apoyados delante de ti en el piso (no sólo las manos), de modo que las nalgas queden levantadas en el aire. Permanece en esta posición entre 5 y 15 minutos. 
Pero recuerda que hasta la fecha no existen estudios que prueben que la posición de la mamá tenga algún efecto sobre la postura del bebé. Y si estas prácticas te resultan incómodas, es mejor que dejes de intentarlo. 
Pregúntale a tu médico o comadrona acerca de la moxibustión. Esta antigua técnica china emplea hierbas ardientes para estimular los puntos claves de la digitopuntura. Para ayudar a que el bebé de nalgas gire, un acupuntor u otro especialista quema artemisa cerca del punto de acupuntura de los dedos meñiques de tus pies, lo que, supuestamente, estimula la actividad del bebé lo suficiente como para que pueda cambiar de postura por sus propios medios. Algunos pocos estudios sostienen que el uso de la moxibustión puede ser beneficioso. Si quieres intentarlo, contacta a la asociación estatal de acupuntura o de medicina china y pide los nombres de especialistas con licencia.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Beneficios del ejercicio físico durante el embarazo

Realizar ejercicios durante el embarazo es maravilloso para tu salud y la de tu bebé, mejor tu estado de ánimo y te ayuda a dormir mejor.
Puede ser que te genere la duda si realizar actividades fisicas es seguro para ti o para tu bebé en esta etapa, quédate tranquila, las que te describiremos son completamente seguras, pero sin embargo siempre es recomendable que cada cosa que hagas sea consultada con tu médico tratante.

Ejercicios cardiovasculares
Caminar: Es una de las mejores actividades cardiovasculares para las mujeres embarazadas, no necesitas de ningún lugar en especial, donde sea que estés lo puede hacer, tan sólo cálzate y sal a caminar.
Nadar: Éste es considerado el mejor ejercicio para las embarazadas, estar en el agua les da una sensación de confort, además que ejercitan brazos y piernas.
Ejercicios aeróbicos de bajo impacto: Debes inscribirte en una clase de ejercicios aeróbicos para mujeres embarazadas, te permitirá recrearte con otras mujeres en tu misma situación al tiempo que ejercitas.
Bailar: Que mejor que ponerte a bailar en tu casa! Pon alguna buena música y baila disfrutando de tus momentos. Eso si! evita las piruetas y los saltos!

Ejercicios de flexibilidad y fuerza
Yoga:  pueden ayudarte a fortalecer los músculos y mantenerte flexible, con la ventaja de que no ejercen nada o casi nada de impacto sobre las articulaciones. 
Estiramiento: El estiramiento es fantástico para mantener la elasticidad, relajar los músculos y prevenir lesiones. La mejor forma de acabar tu actividad cardiovascular es realizando algunos ejercicios de estiramiento.
Ejercicios con pesas: Si antes del embarazo hacías estos ejercicios puedes continuarlos, pero recuerda que no puedes levantar tanto peso, una forma de compensar es levantar menos pesos más repeticiones..

sábado, 21 de noviembre de 2015

Embarazo en la adolescencia

Como familia debemos de tener siempre una buena comunicación, es fundamental que sus hijos tengan conocimiento completo sobre educación sexual, prevención y enfermedades sexuales. Cuánto más conocimiento tengan, mayor será su prevención.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia es el período en la vida de una persona que comprende entre los 10 y los 19 años. En algunos casos la adolescencia se ve interrumpida cuando la joven se queda un embarazo. Y es que, una de cada cinco mujeres en el mundo ya tiene un hijo antes de los 18 años y cada año se producen 16 millones de nacimientos de mamás adolescentes.

Riesgos del embarazo adolescente:
Se afirma que la mejor edad para quedar embarazadas es entre los 20 y 35 años, ya que de esa manera los riesgos que corren la mamá y el bebé son más bajos que fuera de esos parámetros de edad.
Los embarazos en la adolescencia se consideran de alto riesgo, siempre conllevando más complicaciones. Por lógica cuando se es adolescente ni el cuerpo ni la mente está preparada para sobrellevar la responsabilidad que tiene traer una personita más al mundo.
En muchos casos las adolescentes embarazadas presentan:
- Mala nutrición.
-Mayor número de abortos espontáneos.
-Parto prematuro
-Bajo peso en el bebé, ésto se debe en parte a que debido a la baja edad de la madre su útero no está desarrollado por completo para un embarazo.
- Las mamás adolscente tienen niños con más problemas de salud y trastornos del desarrollo
-En casos de embarazos de niñas menores a 15 años, la posibilidad de que el bebé nazca con malformaciones es mayor.

Complicaciones psicológicas para la adolescente embarazada:
- Miedo a ser rechazadas socialmente: una de las consecuencias de la adolescencia y el embarazo es que la joven lse siente criticada por su entorno y tiende a aislarse del grupo.
- Rechazo al bebé: son niñas y no desean asumir la responsabilidad, el tiempo y las obligaciones que supone ser madre. Sin embargo, esto también las hace sentirse culpables, tristes y su autoestima se reduce.
- Problemas con la familia: comunicar el embarazo en la familia muchas veces es fuente de conflicto e incluso rechazo por parte de su propio entorno.
- Los hijos de madres y padres adolescentes suelen sufrir mayor tasa de fracaso escolar, problemas de inserción social o de aprendizaje.

Posiciones para el trabajo de parto, ¿cuál es la mejor?

Se aproxima la hora del parto y son muchas las dudas que nos invaden, una de ellas es cuál es la mejor postura para tener un parto exitoso. Recuerda, cada parto es diferente, incluso una mujer que tiene más de un hijo siempre afirmará que tuvo experiencias distinto en cada nacimiento.
A continuación UN GRAN MUNDO CHIQUITO te informa sobre las diferentes posiciones... 
¿Cuál es la mejor posición para el trabajo de parto?
No hay una posición mejor o peor que otra, es común que en el transcurso del trabajo de parto vayan cambiando de posición, según tu cuerpo lo demande. 

En la primer fase del trabajo de parto probablemente no requeriran tanta atención las contracciones, pudiendo de ésta manera distraerte entre una y otra, por ejemplo pudes salir a caminar y tomar aire fresco, o darte un baño refrescante y tratar de descansar entre contracción y contracción.

Por otra parte, en la parte activa del parto, hay diferentes posiciones que te pueden ayudar a manejar el dolor de las contracciones, siempre recalcamos que debes escuchar tu cuerpo. Nunca te acuestes sobre tu espalda, esa posición comprime la vena cava (la vena larga que regresa la sangre de las piernas al corazón), y puede hacer que tus contracciones sean menos efectivas.

Si no has asistido a clases de parto, de recomendamos que leas ésta información con quien te acompañará y asistirá en el parto.
¿Qué posiciones son buenas durante la parte activa del trabajo de parto?

Generalmente las mujeres a la hora del trabajo de parto naturalmente tomamos la postura que nos resulta más cómoda de forma natural, pero es conveniente que la persona que les acompaña sepa las diferentes posiciones y te sugiera en ese momento optar por otra..

Posiciones:

Estar de pie y caminar

A algunas mujeres les gusta la sensación de que tienen control de la situación al caminar y estar de pie durante la parte activa de la labor de parto. Cuando tengas una contracción, puedes detenerte y recargarte un poco en la pared o tu acompañante.

Mecerte

Mecerte rítmicamente hacia adelante y hacia atrás, en coordinación con tu respiración o música que te reconforte. Puedes hacerlo de pie, recargada en tu pareja en una especie de baile lento o usando una mecedora si la tienen a la mano.

Sentada
Siéntate en la cama o una silla con almohadas para soporte en tu espalda. Puedes intentar inclinarte hacia adelante lo que quita algo de presión a la espalda. O trata sentarte sobre el suelo o la cama con las piernas cruzadas frente a ti, como en posición de mariposa.

Sentarte de espalda
Siéntate en una silla sin descansabrazos o en un inodoro viendo hacia atrás. Coloca una almohada entre el respaldo de la silla y tu pancita e inclínate sobre ella, trata de descansar tus brazos y la cabeza en el respaldo de la silla. Esta posición quita presión de tu espalda y le permite a tu pareja que te ayude dándote un masaje, si tienes ganas. Si la silla es de plástico, intenta esta posición en la regadera mientras el agua tibia te cae por la espalda.

En manos y rodillas
Pon las cuatro sobre la cama, esta es una posición muy popular. Estudios demuestran que estar sobre tus manos y rodillas puede ofrecer algo de alivio a tu espalda antes y durante el trabajo de parto. Si se te cansan las muñecas, trata de descansar sobre los antebrazos y las rodillas, o inclínate sobre un montón de almohadas si te hace sentir más cómoda.

Usa una pelota especial para hacer ejercicio

Siéntate en una pelota para hacer ejercicio (de las que se usan en las clases de yoga). Pide a alguien que te ayude con el balance para que no te vayas a caer. Cuando estés sentada, trata de recargarte en una pila de almohadas en la cama. Esto te permite estar de cierta forma en cuclillas y mover tus caderas alrededor mientras la mayor parte de tu cuerpo tiene un buen soporte en la pelota. Una alternativa es que te recarges sobre la pelota mientras estás de rodillas, o pon la pelota en una silla y recárgate en ella mientras estás parada, recuerda pedir ayuda para que la pelota no se ruede.

Acuéstate de lado
Esta posición te puede ayudar a descansar cuando estás ya exhausta, ya que evita poner presión en las venas principales, lo que ocurre cuando estás acostada sobre tu espalda. Empieza recostándote sobre tu lado izquierdo, es preferible para el mejor flujo sanguíneo. Pon almohadas entre tus rodillas para mayor comodidad. Si no te encuentras cómoda, o notas que a tu bebé no le ha gustado la posición, pide ayuda para pasarte del lado derecho.

La tos ferina o convulsa


La tos ferina (a veces conocida como "pertusis") es una infección del sistema respiratorio originada por la bacteria Bordetella pertussis (oB. pertussis).
Se caracteriza por fuertes ataques de tos que a veces terminan con un sonido agudo que se emite al inspirar.
Afecta mayoritariamente a lactantes menores de 6 meses antes de que hayan podido recibir la protección adecuada a través de la vacuna correspondiente y a niños de 11 a 18 años cuya inmunidad (obtenida a través de la vacuna), ha empezado a disminuir.
Antes de que se descubriera la vacuna, en EE.UU. morían anualmente entre 5.000 y 10.000 personas a consecuencia de esta enfermedad.
En la actualidad, la vacuna contra la tos ferina ha reducido la cifra de muertes anuales a menos de 30. Pero en los últimos años la cantidad de casos de tos ferina ha empezado a aumentar.
En el año 2004, los casos de tos ferina superaron la cifra de los 25.000, una cantidad que no se había alcanzado desde el año 1950.

Signos y síntomas

Los primeros síntomas de la tos ferina son similares a los de un resfriado común:
* moqueo nasal
* estornudos
* tos leve
* fiebre leve

Al cabo de una a dos semanas, la tos seca e irritante se transforma en ataques de tos.
Durante un ataque de tos, que puede durar más de un minuto, el niño puede ponerse rojo o morado.
Y al finalizar el ataque, es posible que emita un ruido característico al inspirar o que vomite. Entre ataques sucesivos, el niño se suele encontrar bien.
A pesar de que muchos bebés y niños pequeños infectados por la bacteria B. pertussis desarrollan tanto los episodios de tos característicos como el sonido final que los acompaña, no todos los afectados los presentan. 
Y a veces los bebés no tosen ni emiten el sonido agudo como hacen los niños mayores. 
Un lactante afectado puede dar la sensación de que le falta aire para respirar, se le puede enrojecer la cara y hasta puede llegar a dejar de respirar (apnea) durante unos pocos segundos en un ataque de tos particularmente grave.
Los adultos y los adolescentes que padecen tos ferina pueden presentar síntomas más leves o atípicos, tales como tos prolongada (en vez de ataques de tos) o tos sin el sonido sibilante final.

Contagio

La tos ferina es altamente contagiosa.
La bacteria pasa de una persona a otra a través de diminutas gotas de fluido procedentes de la nariz o de la boca de una persona infectada.
Éstas gotas pueden ser transportadas a través del aire cuando la persona tose, estornuda o se ríe.
La gente se pueden infectar al inhalarlas o si las gotas entran en contacto con sus manos y después se tocan la boca o la nariz.
Las personas infectadas resultan más contagiosas durante las primeras fases de la enfermedad, aproximadamente hasta 2 semanas después del inicio de la tos.
Los antibióticos acortan el período de contagio a 5 días desde el inicio del tratamiento.

Prevención

La tos ferina se puede prevenir administrando la vacuna correspondiente, que forma parte de la vacuna DTPa (difteria, tétanos, y tos ferina acelular). 
La vacuna DTPa se aplica sistemáticamente en cinco dosis antes de que el niño cumpla seis años. Para permitir una protección adicional en el caso de que disminuya la inmunidad, actualmente la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños de 11 a 18 años reciban una dosis de refuerzo de una nueva vacuna de combinación (denominada Tdpa), a ser posible cuando tengan 11 o 12 años, en lugar de la dosis de refuerzo (Td) contra el tétanos y la difteria que antes se administraba sistemáticamente a esta edad.
La vacuna Tdpa es similar a la vacuna DTPa pero contiene concentraciones menores del toxoide de la difteria y del tétanos. 
También se puede administrar a los adultos que no se hayan vacunado durante la adolescencia o la pre-adolescencia.
Esto es especialmente importante en aquellos adultos que conviven con lactantes, ya que estos últimos es posible que desarrollen graves complicaciones de la tos ferina que pueden poner en peligro sus vidas.
La inmunidad de un adulto a la tos ferina disminuye con el tiempo, de modo que, si usted se vacuna y se protege contra esta infección, también ayudará a proteger a su hijo de pocos meses contra la tos ferina.

Como ocurre con todos los programas de vacunación, existen importantes excepciones y circunstancias especiales. 
El médico de su hijo dispondrá de la información más actualizada al respecto.
Los expertos consideran que hasta el 80% de los miembros de una familia no vacunada desarrollará la tos ferina si viven en la misma casa que una persona que padece esta infección. 
Por este motivo, cualquier persona que entre en contacto con alguien que padezca la tos ferina debería recibir antibióticos para evitar el contagio. Los niños pequeños que todavía no hayan recibido las cinco dosis de la vacuna es posible que necesiten una dosis de refuerzo en el caso de que se expongan a un familiar infectado.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Deshidratación en los bebés y recién nacidos.


La deshidratación es un cuadro muy grave que puede afectar a nuestro pequeño si no se toman las medidas preventivas necesarias.
Cuando el cuerpo elimina más líquidos de los que consume puede llegar a deshidratarse, ya sea por la eliminación natural (sudor- orina) o la eliminación producida por cuadros patológicos ( vómitos - diarreas)
Por eso es necesario que prestemos especial atención a la hidratación de nuestro niño y consultar al pediatra ante cualquier signo de alarma. 
La deshidratación puede causar daños graves en la salud de un niño, puede causar insuficiencia renal irreversible, daño cerebral e incluso la muerte.
Por todo esto debemos estar atentos a cuáles son los motivos por los que un bebé puede deshidratarse y tomar medidas preventivas para evitar este cuadro.
Las causas más comunes de deshidratación son:
-escasa ingesta de líquidos durante una enfermedad;
-pérdida de líquidos a causa de diarrea y/o vómitos.
-escasa ingesta de líquidos con calor excesivo


Síntomas y tratamiento en casa

Signos de deshidratación leve a moderada

– El bebé no moja su pañal durante 6 u 8 horas
– Su orina es de color amarillo oscuro y tiene un olor fuerte.
– Se ve desganado y sin energía.
– Tiene la mucosa oral y los labios secos.
– No produce lágrimas al llorar.

Cuando estos síntomas se presentan es necesario que lo hidrates de inmediato. Si el bebé tiene menos de seis meses, tu pediatra te indicará administrar leche materna o de fórmula. Si es mayor, es posible que te recomiende darle alguna bebida electrolítica además de la leche. El médico, además, te dará especificaciones sobre la cantidad y frecuencia con la que debes administrarle dichos líquidos.

Signos de deshidratación grave

– Ojos hundidos.

– Manos y pies que se sienten fríos y muestran manchas.

– Somnolencia o agitación excesivos.

– La fontanela se observa hundida.

Si notas alguno de estos síntomas debes consultar con tu pediatra de forma urgente ya que la vida de tu bebé puede estar en riesgo.

Prevención

Debemos siempre estar atentos de que nuestro niño consuma suficientes líquidos, sobre todo, en días calurosos. Si es un bebé menor a 6 meses debes mantener un aporte adecuado de leche materna conforme a su edad y peso. Pero si ya ha cumplido los 6 meses podrás complementar la ingesta de leche con agua, jugo o té. Si tienes alguna duda, consulta con tu pediatra cuál es la mejor manera de hidratar a tu bebé.

martes, 17 de noviembre de 2015

Neumonia en el bebé

Mi bebé tiene mucha tos y fiebre. ¿Podría tratarse de una neumonía?Es posible, ya que la tos y la fiebre constituyen dos de los síntomas principales de la neumonía (también conocida como pulmonía). Otros síntomas pueden incluir los siguientes:
Debilidad,vomitos, diarrea,Pérdida del apetito.Dificultad para respirar.

La neumonía puede aparecer en cualquier momento, pero por lo general se manifiesta en invierno y primavera, a menudo después de un resfriado u otra infección de las vías respiratorias superiores. 
Si piensas que tu bebé puede tener neumonía, debes llevarlo de inmediato al médico. Algunos casos son leves, pero la neumonía también puede ser grave. 

¿Hay diferentes clases de neumonía?

Sí. La neumonía es un término general que hace referencia a una infección de los pulmones, y la pueden producir muchos organismos diferentes. 

En los bebés y niños pequeños, la neumonía puede ser ocasionada por el virus sincital respiratorio ("RSV" por sus siglas en inglés) y el estreptococo del grupo B (EGB o "GBS" por sus siglas en inglés). 

Los bebés más grandecitos o los niños pequeños podrían contraer neumonía como resultado de otras infecciones bacterianas o virales. 

Los médicos agrupan la neumonía en dos categorías: viral y bacteriana. 

Si tu hijo tiene neumonía bacteriana, probablemente presentará síntomas repentinos tales como los que se incluyen a continuación:

Fiebre alta.
Respiración acelerada.
Tos.
No tendrá deseos de comer y parecerá muy enfermo.
Dificultades para respirar (observa si hay aleteo nasal o hundimiento del pecho cuando respira).
Pulso acelerado.
Labios o uñas azulados.
Un aspecto débil.
Vómitos.
Diarrea.
Otros síntomas poco comunes incluyen el dolor de estómago y la tortícolis. 

La causa habitual es el Streptococcus pneumoniae, pero hay otras bacterias estreptocócicas (como por ejemplo el Staphylococcus aureus o la Chlamydia pneumoniae) que también pueden producir neumonía. 
La neumonía viral empieza por lo general como un resfriado, pero los síntomas empeoran lenta e ininterrumpidamente. Posiblemente tu hijo presente fiebre de 101,5 grados Fahrenheit (38,6 grados centígrados) o más, con tos cada vez más fuerte, silbidos en el pecho y respiración acelerada. También puede presentar otros síntomas como debilidad, vómitos o diarrea. 
La neumonía viral suele ser menos grave que la neumonía bacteriana y, aunque no puede derivar en bacteriana, sí puede generar en tu hijo una mayor propensión a la forma bacteriana de la enfermedad. 

¿Cómo se diagnostica la neumonía?

Durante la consulta, el médico observa cómo respira el bebé y ausculta (escucha) sus pulmones con un estetoscopio. Esto le permite detectar cualquier disminución de los sonidos respiratorios o cualquier otro ruido anormal que haya. Tu bebé estará respirando muy rápido para ingresar más oxígeno porque algunos de los alvéolos pulmonares estarán llenos de líquido. 
Si el médico piensa que tu pequeño tiene neumonía, seguramente querrá hacer una radiografía de su tórax, un análisis de sangre o un análisis del líquido de su nariz. Para asegurarse que tu bebé obtiene el oxígeno necesario, es posible que el médico utilice un oxímetro de pulso, un aparato sencillo (en forma de clip o pinza) que se coloca en el dedo para medir la saturación de oxígeno. 
¿Cuál es el tratamiento?Para la neumonía bacteriana, los médicos recetan antibióticos. La neumonía viral no responde a antibióticos, por lo cual el tratamiento seguramente se limitará a hacer reposo e ingerir líquidos. De hecho, incorporar suficiente cantidad de líquido es fundamental para combatir la deshidratacion derivada de la respiración acelerada y la fiebre que a menudo se presenta como efecto secundario de la neumonía. 
Quizás puedes usar un humidificador o vaporizador de aire frío para humedecer el aire de la habitación de tu hijo, y consulta con tu médico si le puedes dar acetaminofén para la fiebre o (si es mayor de 6 meses) ibuprofeno. 
Si tu bebé necesita que le traten la neumonía bacteriana en el hospital, es posible que le administren líquidos y antibióticos por vía intravenosa. Seguramente el personal de enfermería le aspirará la nariz con regularidad y controlará los niveles de oxígeno en sangre con un sensor de oximetría de pulso. También puede ser que le coloquen un tubo o máscara de oxígeno de nariz para facilitarle la respiración. 

La mayor parte de las neumonías que no traen complicaciones experimentan mejoría en una semana, aunque la tos puede persistir durante varias semanas. 

¿Qué puedo hacer para evitar que mi bebé se enferme de neumonía?Aquí tienes algunos consejos para aumentar las posibilidades de que tu hijo padezca neumonía en el futuro: 

Mantén su programa de vacunación al día. La vacuna contra la Haemophilus influenzae tipo B o Hib, la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina o DTaP, la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola o MMR, la vacuna contra la gripe (una vez que tu bebé tenga 6 meses), la vacuna contra la varicela y la vacuna antineumocócica, pueden todas ellas ayudar a prevenir la neumonía. 
Consulta con el médico en caso de que tu bebé no haya recibido alguna de las vacunas arriba mencionadas.
Practica una buena higiene. lava tus manos asi como las manitos de tu bebe con frecuencia para evitar la propagación de los gérmenes.No permitas que comparta tazas o utensilios con otras personas. Lava con regularidad todos los lugares (como el teléfono, los juguetes, las perillas de las puertas y la manija de la puerta del refrigerador) que puedan estar en contacto con partes del cuerpo que tengan gérmenes. 

Haz de tu casa un hogar libre de humo. Si tú o tu pareja fuman, háganlo afuera, y pide a las visitas que hagan lo mismo. Mejor aún, consulta con tu médico y encuentra un programa que te ayude a dejar el tabaco. Hay estudios que demuestran que los niños que conviven con el humo del cigarrillo, incluso por periodos cortos de tiempo, se enferman con mayor frecuencia y son más propensos a la neumonía, a las infecciones de las vías respiratorias superiores, al asma y las infecciones de oido


Cómo afrontar la pérdida de un bebé

El duelo por la pérdida de un bebé es más complejo en tanto que, por ley de vida, los hijos sobreviven a los padres. Para afrontarlo es importante expresar el dolor, mantener la motivación y buscar ayuda profesional.
Los filósofos clásicos reflexionaron sobre la ley natural, es decir, sobre aquello que es acorde a la naturaleza del ser humano. 
En este sentido, no hay nada que vaya más en contra de la naturaleza de la maternidad y de la paternidad que sobrevivir a los hijos. 
Por ley de vida, lo habitual es que sean los hijos quienes en su etapa adulta tengan que despedir a sus progenitores como consecuencia de la muerte.
Teniendo en cuenta, además, que la esperanza de vida ha crecido tanto en las últimas décadas, hasta el punto de que las mujeres superan la barrera de los ochenta años, muchos hijos pueden disfrutar durante mucho tiempo de la presencia y de la compañía del padre y de la madre.
“El duelo por la pérdida de un bebé es más complejo en tanto que, por ley de vida, los hijos sobreviven a los padres y no al revés”
Sin embargo, los datos también reflejan una estadística menos amable: existen casos de parejas que pierden a un bebé.
 En estos casos, la perspectiva cambia de una forma radical, la sensación de vacío es inmensa, la desorientación ante el futuro es muy potente, el desgarro interior es intenso, el proceso de duelo es muy duro y esta pérdida tan notable puede afectar incluso a la relación de pareja.
Otra situación que también es difícil de afrontar es la de tener un hijo que padece una enfermedad. 
Si esto ocurre, es indispensable afrontar la situación en común, compartir los sentimientos y, también, hacer terapia psicológica en caso de que sea necesario para evitar el sentimiento de culpa. No existen culpables en una situación de este tipo, sin embargo, la mente humana necesita buscar las causas en su afán de querer controlarlo todo.


Consejos para padres primerizos

Huele bien, está sonrosadito, sus hoyuelos los tienen subyugados… su bebé acaba de nacer y los embarga la felicidad… pero también las dudas y un cierto sentimiento de pánico sobre cómo reaccionar y cuidar al recién llegado. Os ofrecemos un pequeño manual de supervivencia para padres primerizos.

Errores a evitar en los primeros meses del bebé

Convertirse en padres es una de las tareas más arduas que existen y los primeros meses son, sin duda, los más duros. Su hijo es un desconocido y es casi imposible no cometer algún error. Es normal, están en un proceso continuo de aprendizaje, aunque es posible evitar algunos de los más frecuentes si los conocen de antemano. Aquí van unos cuantos.

1 Somos padres… y humanos: como los padres perfectos no existen, conviene desdramatizar desde el primero minuto y asumir que, si bien es verdad que un bebé trae consigo toneladas de felicidad, su cuidado conlleva también mucho cansancio y un cambio radical de costumbres, al menos en los primeros meses. Así que más vale adaptarse cuanto antes ala situación siguiendo tres reglas de oro: priorizar, organizarse bien y, si la situación nos desborda, pedir ayuda.

2 Perder la perspectiva: hoy en día tenemos pocos hijos y bastante tarde, con lo que la llegada de un bebé se convierte en un acontecimiento mayúsculo. Y, si bien es verdad que es uno de los momentos más importantes de nuestra vida, fuera de nuestro entorno quizá no tenga la relevancia que creemos. Así que no saquen las cosas de contexto: recuerden que todos los días nacen niños y que, por tanto, no son ni los primeros ni los últimos.

3 Tiempo libre: muchos padres piensan que ya que los bebés recién nacidos pasan tanto tiempo durmiendo, tendrán mucho tiempo libre para ocuparse de otras cosas. Craso error: entre una toma y otra apenas queda un minuto para hacer nada que no esté relacionado con el bebé y el día pasa, en general, en un suspiro. Puede que os quede un rato libre, pero mucho menos de lo que pensabais, así que es mejor tenerlo claro de antemano.

4 Seguir los consejos a pies juntillas: revistas, libros, programas de televisión, las amigas, la suegra… todo el mundo los bombardeará con consejos sobre embarazo, parto y cuidados del bebé. En vez de escuchar pacientemente e intentar hacer todo lo que les han contado, tengan claro qué tipo de padres quieren ser y sigan los consejos de expertos –aseguraos de que lo son– con su misma filosofía. Los mejores: el ginecólogo y la matrona primero y su pediatra después.

5 Desencuentros en la pareja: es ley de vida: el bebé se va a convertir en el centro de atención en casa, y no sólo las primeras semanas o meses. Los padres tienen que renunciar a una parte de sí mismos para ocuparse de sus retoños y hacerse a la idea de que ya no son sólo una pareja de enamorados. Pero eso no significa que deban renunciar al otro: es difícil, pero hay que encontrar tiempo para hablar, contarse como se sienten, y si bien las primeras semanas resulta imposible reanudar la vida sexual, no conviene dejarla aparcada demasiado tiempo.

6 Preocuparse demasiado: muchos padres primerizos pierden tanto tiempo leyendo y preocupándose de todo los males que le pueden suceder a su bebé que se vuelven casi paranoicos y no dejan que nadie ni nada se les acerque. Cada vez que sospechen que le sucede algo a su hijo, no lo pongan en lo peor ni hagan suposiciones sin fundamento, es mejor que se guien por su intuición y acudan al pediatra, él solventará todas sus dudas.

7 Gastar más de la cuenta: aunque no nos guste admitirlo, muchas de las cosas que compramos para un recién nacido son más caprichos de los padres que necesidades del bebé. Este necesita poco más que unos padres que le quieran y un lugar donde dormir, así que no hace falta quedarse en números rojos con tal de tenerlo todo a punto para el nacimiento. Comprad las cosas que necesiten, pidanla prestadas o pedir que se las regalen, pero no llenen la casa de cachivaches que no estan seguros de que van a utilizar o necesitar, en unos meses no les servirán para nada y no sabran qué hacer con ellos.

8 Las tres mayores preocupaciones: una vez que el bebé ya está en casa, ¡calma y buen humor! Desde ese momento hay tres cosas que preocupan especialmente a los padres: la alimentación, el sueño y el llanto del recién nacido.

Labio leporino


El labio leporino o fisura labial es uno de los defectos congénitos más frecuentes, y afecta a uno de cada 500 bebés recién nacidos. Los suplementos de ácido fólico, antes y durante el embarazo, ayudan a prevenirlo.
El labio leporino o fisura labial es parte de un abanico de defectos orofaciales que comprenden el labio leporino y el labio leporino con paladar hendido. Es uno de los defectos congénitos más frecuentes, ya que afecta aproximadamente a uno de cada 500 recién nacidos. Se trata de un problema que puede estar integrado en algún síndrome con más alteraciones, o presentarse de forma aislada.

Durante la fase embrionaria, hay zonas del cuerpo que están abiertas, y se va cerrando a lo largo del tiempo. El labio leporino y el paladar hendido no son más que defectos en el cierre de la parte media de la cara (la unión entre la zona nasal medial y la maxilar superior). Su manifestación es una fisura (más o menos grande, dependiendo de los casos) entre el labio superior y la fosa nasal. Puede extenderse hacia atrás, dividiendo también la encía y el paladar.

La cara cumple una función muy importante a nivel emocional y psicológico, y al tratarse de una afección muy espectacular que afecta al rostro, lo que en principio es un simple defecto de cierre, que no afecta directamente a las funciones vitales, se convierte en un drama para las familias. Puede convertir a un bebe con las mismas necesidades de cariño que los demás en objeto de rechazo.

El término labio leporino procede del latino 'leporem' (liebre). En la actualidad, esta referencia no parece muy afortunada, por lo que se prefieren otros términos como labio fisurado o fisura labial. Se utiliza también el términoFLAP (fisura labio-alveolo-palatina) para hacer referencia a la fisura que implica el labio, la encía y el paladar.
Causas del labio leporino o la fisura palatina

La fusión del proceso nasal y del maxilar se produce tan pronto como en la quinta semana de embarazo. El origen del labio fisurado se encuentra en una mezcla entre factores genéticos predisponentes y factores ambientales que lo desencadenan. Es más frecuente en varones, pero se transmite más a partir de madres con casos bilaterales.

En la última década se han identificado mutaciones en varios genes y se ha comprobado que no sólo mutaciones, sino interacciones complejas entre algunos genes, pueden llevar a la formación de la fisura labial. Parece que estos genes son susceptibles al tabaco y a la deficiencia de acido folico, pero aún hay mucho por conocer en este sentido.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Resfrío en el recién nacido



El problema de un resfrió en un recién nacido además de la falta de desarrollo del sistema inmune, es que los padres están emocionados con su pequeño y suelen sobre reaccionar respecto a todo lo que sucede. Por otra parte, el niño tampoco sabe cómo manejarse respecto a la situación, y entonces se encuentra mucho más molesto. Este estrés puede hacer que perdamos el control, pero debemos mantener la calma y consultar con un médico si lo creemos conveniente.

Un especialista puede informarnos de la realidad y evitar que empeore la situación. En algunos casos -graves- el médico recetará algún medicamento y dará sugerencias a los padres.
Debemos darle comida, agua y abrigo a un bebé recién nacido, como lo haríamos con un adulto que esté resfriado. Debemos estar atentos a sonar la nariz del pequeño, aunque también podemos utilizar soluciones salinas y bulbos de succión. Por último, podemos humedecer el aire de la habitación. En general, el resfrío se mejorará en 10 a 14 días.
Una vez que un bebé pasa una enfermedad infecciosa, se vuelve inmune a la misma. Sin embargo, como el resfrío lo pueden causar un montón de virus diferentes, el niño puede enfermar varias veces.

Cuándo llamar a un médico:
Si tu bebé tiene menos de tres meses, debemos llamarlo apenas veamos síntomas, ya que puede convertirse en un problema mayor, como una neumonía.

Luego de los tres meses debemos llamar al médico si orina menos, la fiebre sube a más de 38 grados, tiene dolor de oídos, está muy irritable, tiene los ojos rojos o con secreciones, tiene dificultad para respirar, tos persistente o que produce vómitos o cambios de color, secreción nasal espesa por varios días, tos con flemas sanguinolentas.
Síntomas de resfrío en recién nacidos
Congestión y secreción nasal.
Fiebre (38°C)
Estornudos
Tos
Irritabilidad
Dificultad para dormir
Dificultad al tomar teta o biberón.

domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Qué puedo hacer su presento un alto riesgo de parto prematuro?


Si tienes riesgo de presentar un parto prematuro CUIDATE. Si comes y descansas bien, comienzas a recibir asistencia prenatal desde temprano en el embarazo y asistes regularmente a las visitas prenatales, reduces tu nivel de estrés, y prestas atención a tu higiene y tu cuidado dental, ya estás haciendo mucho para garantizar un embarazo saludable y a término. Dependiendo de tu situación, tu doctor puede recomendar que veas a un especialista en embarazos de alto riesgo, para que lleve tu cuidado prenatal. 
Ten presente las señales que indican un parto prematuro (se listan más abajo) y avisa a tu médico de inmediato si notas alguna de ellas. El avance más importante en la atención de partos prematuros durante los últimos 50 años ha sido el uso de medicamentos con corticoesteroides para acelerar el desarrollo de los órganos del bebé antes del nacimiento. Cuanto antes descubras los síntomas de un parto prematuro, más posibilidades habrá de que tu bebé se beneficie de este tratamiento. 
Si ya has tenido una ruptura prematura de membranas o un parto prematuro espontáneo anteriormente, que resultó en un nacimiento prematuro antes de las 34 semanas, y esperas un solo bebé, tu proveedor de salud puede considerar un tratamiento con un compuesto de progesterona llamado Makena (caproato de alfa hidroxiprogesterona 17, o 17 P para abreviar). 
Los estudios han demostrado que aplicar inyecciones semanales de esta hormona desde el segundo trimestre hasta la semana 36 resulta en una reducción significativa del riesgo de tener otro parto prematuro para las mujeres que ya han tenido uno antes. Este tratamiento no parece ofrecer beneficios para mujeres que llevan más de un bebé o que no tienen un historial anterior de parto prematuro. 
A medida que tu embarazo progrese, fíjate en los cambios que experimenta tu cuerpo. Dedica un ratito todos los días, cuando estés sola y tranquila, a concentrarte en los movimientos del bebé y anotar todo dolor o presión inusual. 
Aprende cuáles son las señales de un parto prematuro (ver abajo), y avisa a tu doctor inmediatamente si notas cualquiera de ellas. El adelanto más crucial en la forma de tratar el parto prematuro en los últimos 50 años ha sido el uso de corticoesteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé antes de su nacimiento. Cuanto más pronto adviertas que ha empezado el parto prematuramente, más fácil será que tu bebé pueda beneficiarse de este tratamiento. 
Algunos médicos sugieren reposo en cama cuando una mujer presenta un alto riesgo de dar a luz prematuramente, aunque no hay pruebas de que ayude a prevenir el parto prematuro.

Análisis que pueden predecir la probabilidad de parto prematuro

Hay dos pruebas de detección para aquellas mujeres que presentan síntomas de parto prematuro o que corren el riesgo de tenerlo. Los resultados negativos son especialmente útiles, ya que pueden ayudarte a evitar intervenciones innecesarias y al mismo tiempo tranquilizarte. 


El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos no recomienda hacer estos estudios a todas las mujeres embarazadas. Las investigaciones no han demostrado que éstos sean útiles para las mujeres que no se consideran de alto riesgo y que no presentan síntomas. 

Las dos pruebas son: 

Medición de la longitud del cuello uterino mediante un ultrasonido o ecografía:
Quizás tu doctor haya medido la longitud de tu cuello uterino durante la primera visita prenatal. Si ve algo que le preocupa, puede recomendar un ultrasonido para medir tu cuello uterino con más precisión y observa señales de que está cambiando. Si empieza a adelgazarse o dilatarse a mitad del embarazo el riesgo de un parto prematuro es mayor. 
Tu médico puede recomendar que te hagan un ultrasonido si nota que tu cuello uterino es más corto de lo normal al hacerte un examen, si presentas un alto riesgo de insuficiencia cervical, o si tienes síntomas que indican que el cuello uterino está cambiando (tales como presión sobre la pelvis o cólicos, dolor de espalda, aumento del flujo vaginal o sangrado). 
Si el ultrasonido muestra que tu cuello uterino está comenzando a cambiar, probablemente el médico te recomendará que reduzcas tus niveles de actividad física y horas de trabajo, que evites tener relaciones sexuales y que dejes de fumar, si todavía no lo has hecho. Dependiendo de tu situación y de la edad gestacional del bebé, podrían realizarte otro ultrasonido en las próximas semanas. 
Si aún no has llegado a la semana 24 y tu cuello uterino está cambiando, pero no tienes contracciones, el médico te puede recomendar un cerclaje, que es un procedimiento mediante el cual se realiza una sutura alrededor del cuello del útero (se cose con un punto de hilo fuerte) para reforzarlo y ayudarlo a mantenerse cerrado. Sin embargo, este procedimiento presenta algunos riesgos, y existe mucha controversia sobre si es suficientemente eficaz y si vale la pena hacerlo. 
Las mujeres que pueden beneficiarse de un cerclaje incluyen aquellas que han tenido una cirugía o un trauma cervical, seguido de la pérdida de un bebé durante el segundo trimestre sin motivo aparente, o de un nacimiento prematuro. En ese caso, pueden practicarte un cerclaje entre las semanas 12 y 14, antes de que el cuello uterino comience a cambiar. Tu doctor determinará si eres una buena candidata para este procedimiento. 

Prueba de detección de fibronectina fetal:
Este análisis generalmente se reserva para mujeres que tienen contracciones u otros síntomas de parto prematuro. La fibronectina fetal (fFN) es una proteína producida por las membranas fetales. Si en una muestra de tus secreciones cervicales y vaginales tomada entre las semanas 24 y 34 de embarazo aparece una cantidad mayor de lo que debería, se considerará que corres más riesgo de tener un parto prematuro. 
Si el resultado del análisis da positivo quizás tu médico te recete medicamentos para detener el parto a corto plazo, y corticoesteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren más rápido. 
Sin embargo, el análisis indica con mayor precisión la fecha en la que no darás a luz que la fecha en la que empezará el parto. Si el resultado de fFN da negativo, es muy poco probable que tengas un parto prematuro durante las próximas dos semanas. Un resultado negativo puede tranquilizarte y ayudarte a evitar la internación en un hospital o bien otros tratamiento innecesarios